La
construcción del espacio en el relato fílmico de las películas de Hitchcock,
especialmente en la cinta El hombre
equivocado (1956), introduce al espectador no solo en el ambiente físico en
el cual los personajes se desenvuelven, sino también en las afecciones
psicológicas que éstos sufren con el transcurrir de los acontecimientos. Esta
película tiene una ubicación espacial predominantemente urbana. Los personajes
son encerrados en medio del trajín, la oscuridad e intriga que ofrece la ciudad
nocturna y los lugares no gratos existentes de las urbes, como las cárceles. Esto
sin olvidar algunas otras locaciones que, más allá de ofrecer un contexto
meramente geográfico, resaltan su importancia simbólica en el relato.
La
gran mayoría de la película se lleva a cabo en la ciudad de New York, Estados
Unidos. Sin embargo, el espacio en el cual se desarrolla la historia se
presenta de forma discontinua, ya que los lugares en los cuales los personajes
interactúan son muy distantes uno del otro. Por ejemplo, en la primera
secuencia de la película, es posible reconstruir el recorrido que realiza Manny
Balestrero (protagonista de la película) desde el New York’s Stork Club hasta
su casa, pasando por las calles de la ciudad, el metro y, finalmente, el frente
de su residencia. Neira Piñeiro apunta que este tipo de montaje espacial es categorizado
como “espacio discontinuo parcial” (2003, p. 132) La escena descrita sintetiza el viaje que
Manny realiza desde su trabajo hasta su hogar por medio de los espacios
parciales, a pesar de que la distancia entre uno y otro lugar sea muy grande.
Esto da la sensación de que la ciudad es, en realidad, el gran escenario en
donde la película se está desarrollando.
Un
ejemplo similar sucede cuando Manny es escoltado hasta las diferentes celdas en
las cuales es encerrado. En el caso del cuartel de policía, donde Manny es
retenido en primera instancia, Hitchcock hace un recorrido por la entrada
principal, los pasillos, la oficina del detective quien lo interroga y, finalmente,
la celda que espera su llegada. De nuevo, son lugares contiguos, esta vez
dentro del mismo edificio, por lo cual el montaje de la secuencia hace uso de
un espacio discontinuo parcial para que el público forme la idea de las
diferentes secciones del cuartel policíaco.
Otros
planos geográficos dentro del relato de El
hombre equivocado son representados en locaciones totalmente diferentes uno
del otro. Por ejemplo, cuando Manny y Rose, su esposa, viajan hasta el hotel
donde habían tomado unas vacaciones, en busca de testigos que hablen en favor suyo
en el juicio. El plano narrativo pasa abruptamente de la ciudad a un hotel de
campo, situado fuera de la metrópolis, mostrando así el contraste que existe entre los ambientes de
ambos lugares. El montaje hace uso de lo que Neira Piñeiro cita como “espacio
discontinuo total” (2003, p. 132), ya que ubica al espectador en dos lugares,
además de lejanos, simbólicamente yuxtapuestos.
Los
anteriores ejemplos, los cuales hacen uso de espacios discontinuos, dan una
idea de la ubicación topológica del filme. Sin embargo, los espacios más
cargados de simbolismo en la película se desarrollan en espacios continuos,
donde la carga dramática y el carácter simbólico del relato se intensifica. Un
ejemplo muy importante de la construcción del espacio en el relato fílmico de El hombre equivocado es la recámara de
Manny, dentro de su casa. El montaje de las escenas en las cuales se desarrollan
los diálogos de Manny con sus familiares (ya sea con Rose o con uno de sus
hijos, Robert) permiten captar la idea de que el cuarto es un lugar pequeño e
íntimo. Es en la recámara donde los personajes expresan sus más profundas
preocupaciones y pensamientos (el tema de la crítica situación económica de la
familia, las muestras de apoyo, la expresión de amor filial entre padre e hijo,
las discusiones y la demencia de Rose). El cuarto, más allá de ser un simple
espacio escenográfico, adquiere una connotación simbólica relacionada con la
transparencia de los estados de ánimo de los personajes ante las adversidades
que les aquejan.
Otro
espacio continuo en la película, además de poseer una gran carga simbólica, es
la oficina del detective Bowers, quien retiene a Manny. El montaje de las
escenas que tienen por locación este recinto permite apreciar que también es un
lugar pequeño, con lo necesario para que el policía efectúe su trabajo de
investigación. El espacio lúdico construido entre Manny y los detectives que le
interrogan permiten entender la situación de poder que éstos tienen sobre el
detenido. La oficina siempre permanece con la puerta abierta en las distintas
escenas (simbolizando el estado de libertad implícita que tiene Manny, quien de
él ya se sabe, desde el punto de vista del espectador, que es inocente), mas la
posición en la que se encuentran los detectives –uno entre la puerta y Manny,
el otro en frente del escritorio– obstaculiza la salida y mantiene cautivo al
protagonista en su silla: son ellos quienes lo retienen, no su presunta responsabilidad
ante los crímenes de los cuales le acusan.
Hitchcock
hace uso del punto de vista subjetivo para hacer hincapié en la percepción que
tienen los personajes sobre el lugar en el cual se encuentran. En la secuencia
donde Manny es encerrado en la celda del cuartel policial, él empieza a medir
con sus pies el largo y ancho del lugar. Luego, la cámara se ubica en la visión
de Manny, con el propósito de hacer un recorrido con la mirada de las esquinas
de la celda, observando las paredes y la puerta. Con esto, el espectador
percibe la claustrofobia y el desconcierto del protagonista, máxime cuando la
cámara vuelve a tomar un punto de vista omnisciente y coloca en primer plano el
busto de Manny, a la vez que empieza a dar vueltas en círculos, simulando el
estado de confusión que sufre Balestrero en ese momento, quien no logra
entender los desafortunados eventos que han acaecido esa noche.
Una
escena en particular recalca la importancia de la elaboración del espacio, en
función de la psicología del personaje. Avanzado el relato, Rose cae en un
cuadro depresivo fuerte, al pensar que todas las desgracias que sufre su esposo
han ocurrido por su culpa. En una cita que tiene con el psiquiatra, Rose es
iluminada por una lámpara que descansa sobre la mesa en la cual está apoyada,
mientras que el médico se encuentra hablando con ella desde la oscuridad del
consultorio. El estado mental en el que se encuentra Rose la hace pensar que
ella es la única que puede comprenderse, y todo lo que le rodea es sombrío y
malintencionado. Esta escena, por medio de un contraste entre luz y sombras,
recalca simbólicamente el grave problema psicológico de la señora Balestrero.
Desde
el inicio de la película, con el cameo de Hitchcock y su introducción sobre el
contexto del relato, el narrador es ubicado en un plano alejado y por encima de
los personajes, cercano a la omnisciencia. Es por esto que la gran mayoría de
las tomas permiten apreciar el espacio de forma panorámica, facilitando la
construcción implícita de los lugares en los cuales se desarrolla el filme. La
primera secuencia, del viaje de Manny desde el club hasta su casa, da una
sensación de profundidad y continuidad a la ciudad de New York. De igual
manera, la secuencia en la cual el protagonista es llevado del cuartel policial
a la prisión va construyendo, por medio de travellings
y encuadres que unen espacios discontinuos parciales, el intrincado laberinto
de puertas de seguridad y celdas que deben atravesar hasta el lugar destinado
para el señor Balestrero. Esta percepción del espacio es logrado gracias a la
ubicación externa de la cámara, instrumento idóneo para la narración fílmica de
los escenarios que utiliza la película. La omnisciencia del narrador se
constata al mostrar que puede estar pendiente de dos eventos simultáneamente:
cuando Manny está rezando en su casa por un soporte divino, el montaje del
relato calza su rostro con la del verdadero culpable, quien estaba a punto de
cometer otro atraco en un negocio.
El
manejo magistral de Hitchcock sobre los espacios en su película El hombre equivocado permite al
espectador ubicarse en un plano objetivo y omnisciente, permitiéndole conocer
con detalle las locaciones en las cuales Manny y los demás personajes
interactúan. Además, el uso de encuadres más cercanos o de puntos de vista
subjetivos hace que el público se adentre más allá del plano narrativo, y puedan
dar un vistazo al mundo psicológico de los actores. Es por esto que Hitch es el maestro del suspenso: no
solamente cuenta las historias por medio del cine, también logra que su público
se adentre al escenario, por medio de la confección minuciosa del espacio
fílmico, y sienta empatía por ese hombre desafortunado, quien ha sido culpado
de un delito que no cometió.
Este video corresponde al trailer de la película El hombre equivocado. Se pueden apreciar varios
episodios mencionados en el ensayo, incluyendo el cameo de Hitchcock y las tomas del
New York's Stork Club y el metro.
New York's Stork Club y el metro.
Bibliografía
Neira
Piñeiro, Maria del Rosario. (2003). Introducción al discurso narrativo fílmico.
Madrid: Arco Libros
Internet
Movie Database. (s.f.). Falso Culpable (1956) - IMDb. Recuperado el 11 de Mayo
de 2012, de http://www.imdb.com/title/tt0051207/
Fuente de Multimedia
- http://lh3.ggpht.com/_AiF9pcw1q1k/TQl8LdAYh5I/AAAAAAAACEI/-jBM9myTrr4/the_wrong_man_poster.jpg
- http://i2.listal.com/image/2199341/600full-the-wrong-man-screenshot.jpg
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